El debate del futuro de Messi se abrió cuando se lanzó la posibilidad de su regreso a Barcelona. Sin embargo, el regreso de Messi dependerá del propio Messi. A partir de ahora, no pensará en otra cosa que no sea la Selección Argentina.
Su objetivo en el PSG, un año más, es ganar la primera Champions para Nasser Al Khelaifi. Sin embargo, la prioridad patriótica y sentimental del argentino será conquistar —en la que podría ser su última oportunidad— el tercer Mundial para Argentina, como lo hizo Maradona en México ’86.
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El torneo de Qatar evaluará el estado de ánimo de Messi. Si logra levantar la copa, habrá presión para que se refugie en el Barça; si el resultado es otra derrota, puede volver a sus planes originales de instalarse en Miami y jugar en el Inter de Beckham.
Xavi vivirá a la sombra de Messi esta temporada. En Nueva York, a petición de la prensa, afirmó que le gustaría tener a Leo a sus órdenes, una respuesta obvia porque nadie se atrevería a poner objeciones a tener al mejor jugador del mundo a su disposición.
Transformación en Barcelona
El propio Messi no es ajeno a la profunda transformación del vestuario azulgrana. El grupo está cambiando el liderato con jugadores de carácter como Ansu Fati y Araujo; su hipotético encaje en el equipo cambiaría la forma de jugar del equipo. Leo, a la edad de 36 años, puede estar buscando otra salida a su medida.
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